EGIPTO



La
mitología egipcia comprende el estudio de creencias sostenidas en la religión del Antiguo Egipto desde la época predinástica hasta la imposición del cristianismo, cuando sus prácticas fueron prohibidas en tiempos de Justiniano I, en el año 535.

Su desarrollo e influencia perduraron más de tres mil años, variando lógicamente a través del tiempo; por lo tanto, un artículo o incluso un libro, sólo puede resumir la multitud de entidades y temas de este sistema complejo de creencias. La variada iconografía egipcia es muy diferente de la griega o a la romana: en la mitología egipcia muchas deidades son representadas con cuerpo humano, y cabezas de otros animales.




ORÍGENES EGIPCIOS

Shu, el aire, y Tefnut, la lluvia tuvieron dos hijos. El niño, Gueb, dios de la tierra, con la lluvia que su madre había derramado sobre él, creció verde como el jade. La hija, Nut, diosa del cielo, con el amor con el que su padre la había criado, era pura como el aguamarina.
Gueb y Nut eran más apacibles que sus padres. Estaban juntos día y noche y no tenían secretos entre ellos. El cielo abrazado a la tierra y la tierra, al cielo. Eran inseparables.
Ra, el creador, estaba preocupado. Tengo mucho trabajo. Necesito espacio para mi creación. ¡Si estáis tan cerca el uno del otro, no cabrán los árboles altos ni las montañas escarpadas ni los ríos y cascadas, ni las criaturas de largas piernas y cuellos largos! Pero Gueb y Nut no le hicieron caso. Siguieron con sus risas susurrándose secretos el uno al otro.

Ra acabó por perder la paciencia y llamó a Shu, el padre. "Separa a tus hijos -le ordenó-, y así podré crear un mundo y evitar que el yermo oscuro y líquido regrese de nuevo."
Shu tuvo que obedecer. Se deslizó entre sus dos hijos y levantó a Nut, sosteniéndola con sus manos como si fuera un toldo azul, y retuvo firmemente a Gueb bajo sus pies.
Gueb luchaba por liberarse. Sus gritos provocaron los primeros terremotos que estremecieron la tierra, y enfurecido hizo vomitar los volcanes por primera vez. Sus lágrimas de rabia rodaron por sus mejillas haciendo brotar las plantas.
Shu alzó a Nut aún más arriba todavía. Ella intentaba legar hasta Gueb desesperadamente, pero solo conseguía tocar su rostro con la punta de los dedos. Gueb hacía fuerza para levantarse y volver a rodearla con sus brazos, pero Shu le mantenía inmóvil sin compasión.
Mientras Gueb, postrado, miraba a Nut, su perfil se fue convirtiendo en los escarpados valles y montañas de la corteza terrestre. Sus lágrimas hicieron correr ríos y llenaron lagos a su alrededor.

Entonces, Ra, el creador, sintió lástima por Gueb al verle tan quieto mirando a Nut desde lo lejos. Y creó miles y miles de estrellas que esparció por el cuerpo de su hermana. "¡Mira, Gueb! Ahora podrás ver a Nut en la oscuridad."
Pero ese gesto no fue suficiente. Gueb siguió llorando sin consuelo y lo mismo Nut. Por mucho que su padre, Shu, dios del viento, intentase traer nubes que no les dejasen verse e hiciesen que se olvidaran o intentase sin remedio secar sus lágrimas, desde ese día no paró de llover en la tierra...


ISIS, OSIRIS, SETH Y NEFTIS

Nut tuvo 4 hijos; uno de Ra, Osiris; otra de Thot, Isis; y dos más de Gueb, Seth y Neftis. Todo a escondidas de Ra y con la ayuda de Thot. Éstos fueron llamados a su vez "los hijos del desorden" porque sus discusiones y peleas desequilibraron el orden cósmico: dos hombres, Osiris y Seth, y dos mujeres Isis y Neftis. Éstos a su vez se casaron entre sí de la siguiente manera: Isis y Osiris; y Neftis y Seth.
Al inicio de la historia, Osiris gobernaba Egipto, al haber heredado el trono de Ra. Su reina es Isis. 
Osiris está conectado con el poder de dar vida, la monarquía justa y el gobierno de maat, el orden natural ideal cuyo mantenimiento era un objetivo fundamental en la cultura del Antiguo Egipto.
Seth está asociado estrechamente con la violencia y el caos. Por tanto, el asesinato de Osiris representa la lucha entre el orden y el desorden y la interrupción de la vida por la muerte.
El motivo de Seth para matar a Osiris y el resentimiento de Seth se debía a que Osiris tuvo relaciones sexuales con Neftis, la consorte de Seth.
A través de una invitación a un banquete para Osiris a solas, Seth cortó el cuerpo de Osiris en 14 pedazos y los esparció por todo Egipto.
La muerte de Osiris es seguida por un periodo en el cual Seth asume la monarquía. Mientras tanto, Isis busca el cuerpo de su esposo con la ayuda de Neftis. Durante la búsqueda de Osiris y el luto por su muerte, las dos diosas son comparadas con halcones o milanos, debido a que los milanos viajan lejos en busca de carroña.
Las diosas sólo encontraron 13 partes del cuerpo del faraón. Isis entonces se mutiló el dedo pulgar para poder restaurar el cuerpo de Osiris, con la ayuda de otras deidades, incluidos Thot, poseedor de grandes poderes mágicos y curadores, y Anubis, el dios del embalsamamiento y los ritos funerarios. Sus esfuerzos buscaban evitar y revertir el decaimiento que sigue a la muerte. Una vez que Osiris es hecho uno, Isis, todavía en forma de pájaro, insufla aliento y vida en su cuerpo con sus alas y copula con él.
El renacimiento de Osiris no es permanente y, después de este punto, solo es el gobernante del Duat, el reino distante y misterioso de los muertos; pero, en su breve contacto con Isis, ha concebido su hijo y legítimo heredero, Horus. Si bien el propio Osiris vive solo en el Duat, él y el reino que representa, renacerán en su hijo.


LA VENGANZA DE HORUS

La esposa de Osiris, Isis, recuperó y restauró el cuerpo de su esposo y concibió póstumamente un hijo con él: Horus. Este dios es representado con cabeza de halcón.
La embarazada Isis se esconde de Seth, para quien el niño por nacer es una amenaza, en un matorral de papiro en el delta del Nilo. Durante su infancia, fue un niño vulnerable rodeado de maldades y protegido por su madre, ante la muerte de su padre, pero después se convierte en el rival de Seth por el trono.
El Horus adulto desafía a Seth por el trono de Egipto. La contienda entre ambos es violenta. En el transcurso de estas luchas los contendientes sufrieron múltiples heridas y algunas pérdidas vitales, como la mutilación del ojo izquierdo de Horus.
Pero, gracias a la intervención de Tot, el ojo de Horus fue sustituido por el Udyat, para que el dios pudiera recuperar la vista. Este ojo era especial y tenía cualidades mágicas.
El conflicto, que dura hasta 80 años, termina con el triunfo de Horus presentando la cabeza de Seth a la Enéada, la asamblea de los 9 dioses del Antiguo Egipto y jueces.
Además restaura el Maat en Egipto después del reinado inicuo de Seth y completa el proceso de la resurrección de Osiris.
Horus se convirtió en el nuevo rey de Egipto, gobernando bajo el dios-Sol Ra y gracias a la intervención de la Enéada.
Seth quedó desterrado al desierto, culpable de alta traición y avergonzado. Aunque sin embargo contó en todo momento con el apoyo de Ra, quien halló gracia en su interior y se apiadó de él.
Ra incluyó a Seth en su séquito diciéndole: 
"¡Ponte de pie, oh Seth, bien amado de Ra!
¡Permanece en tu lugar en la nave de Ra!
Él ha recibido su corazón como justificación.
Tú derrotas a los enemigos de Ra todos los días"...



















4 comentarios:

  1. ¡Cuánto Dios y Diosas tenían los egipcios!

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  2. Bien colocadas las imágenes.
    Color del texto queda perfecto con la gama de color de las imágenes y el fondo de tu blog.
    Buen trabajo, Nurys!

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Despacito y con buena letra...